sábado, 8 de marzo de 2014

Soledad en pareja, el fin de una relación

“Solía pensar que la peor cosa en la vida era terminar solo. No lo es. Lo peor de la vida es terminar con alguien que te hace sentir solo”  

Suele ser el principio del fin, ese pequeño instante en el que te das cuenta de que te sientes solo pese a compartir tu vida junto a alguien. Cuando pensamos en tener pareja suele venirnos a la mente la idea de compartir nuestras experiencias vitales con otra persona, la cual queremos tener a nuestro lado porque ayuda a que nuestra felicidad sea mayor. No quiere decir esto que necesitemos tener a alguien con nosotros como condición necesaria para alcanzar la felicidad plena que no podemos alcanzar por nosotros mismos. Nuestra pareja debe ser nuestro mejor compañero de viaje, aquella persona en la que podamos apoyarnos cuando estemos cansados por la dureza del camino o por las piedras que nos encontremos en él, pero también aquella persona con la que podamos compartir todas aquellas cosas maravillosas que nos vayamos encontrando.
Pero, ¿qué ocurre cuándo es nuestra propia pareja la que hace arduo nuestro camino, no nos ayuda a eliminar los obstáculos que encontremos en él o simplemente ya no nos apetece compartir con ella aquello que nos hace feliz? En este momento, empezamos a sentirnos solos pese a estar con alguien.

Pueden ser números y variados los motivos que nos lleven a esta situación, algunos de los más comunes suelen ser la infidelidad por parte de nuestra pareja, situaciones en las que hemos necesitado su ayuda y esta no ha sido la que esperábamos o la repetición de los mismos errores por su parte una y otra vez pese a sus promesas de cambio.

El haber sufrido una o varias infidelidades por parte de la pareja suele crear en el otro sentimientos de desconfianza, rabia, resentimiento y humillación, entre otros. A pesar de perdonar la infidelidad, muchas personas no son capaces de volver a confiar en el otro como antes, desembocando en continuas peleas acerca de por qué le engañó, cómo puede saber que no volverá a pasar o exculpando cualquier error propio al aferrarse a que la infidelidad por parte del otro fue peor que cualquier otra cosa que pueda hacer la propia persona. Esta situación desemboca muchas veces en un sentimiento de vacío o soledad que acaba haciendo imposible continuar con la persona amada.

Otra situación muy común que puede provocar que nos sintamos solos pese a estar con alguien es el hecho de que este nos haya fallado anteriormente cuando hemos necesitado su ayuda. Solemos esperar de nuestra pareja que esta esté a nuestro lado tanto en los momentos felices como en los más complicados. Sin embargo, a veces ocurre que no nos sentimos respaldados, comprendidos o escuchados por ella cuando más la necesitamos. Sentir que la persona que queremos no nos brinda su apoyo cuando lo demandamos, suele crear en nosotros un sentimiento de soledad que nos hace plantearnos si realmente merece la pena estar con ella sabiendo que solamente estará 100% con nosotros en los momentos buenos pero no en los malos.

Por último, es habitual sentirse solo cuando la persona junto a la que compartimos nuestra vida sigue cometiendo una y otra vez aquellos errores que ha prometido cambiar en infinidad de ocasiones. Es un error pensar que nuestra pareja debe cambiar su propia forma de ser para ajustarse a lo que deseamos de ella. Si bien, ocurre a veces que el otro manifiesta conductas realmente inadecuadas que nos hieren y que al hacérselo saber promete cambiar pero acaba repitiéndose la misma situación una y otra vez. Esto puede hacer que acabemos tirando la toalla al perder la esperanza en que la relación vaya a cambiar alguna vez.




Como hemos venido explicando, el sentimiento de soledad pese a estar en pareja suele ser uno de los detonantes del fin de una relación. A menudo, solemos aferrarnos a la felicidad que nos proporcionaba el otro antes de que la relación se viera deteriorada para seguir luchando por estar a su lado. Sin embargo, cuando las faltas del otro han mermado y deteriorado la relación y estar a su lado nos provoca ese sentimiento de soledad a menudo ha llegado la hora de dar el paso de cambiar de compañero de viaje, pues aquel que nos acompaña en el camino no es ya aquel que solía ser. 

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Isabel Estévez Prieto

Estefanía Cárcel Esteban

Wikipedia

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