martes, 17 de diciembre de 2013

Ludopatía o Juego Patológico

Estamos muy cerca de la Navidad, y eso conlleva también el sorteo anual de lotería. Todo esto me ha llevado a acordarme de un trastorno más común de lo que parece: la Ludopatía o el Juego Patológico. Cuando hablamos de Juego Patológico nos referimos a un comportamiento de juego recurrente, desadaptativo, exagerado y que conlleva muchísimos problemas. Hablamos de una adicción. La persona siente que necesita jugar, ya sea para calmar su ansiedad, ya sea para intentar resolver los problemas económicos que el mismo juego le ha causado. Llega un momento en que el simple hecho de entrar a un bar provoca un fuerte impulso, la mayoría de veces irrefrenable, en los ludópatas que les lleva a aliviar esa tensión jugando. Tienen condicionado el hecho de estar en un bar a jugar, y hasta que no juegan su ansiedad no disminuye.  A veces son adictos a las máquinas tragaperras, pero también pueden serlo a comprar lotería, al póker, al bingo, y a muchos “juegos” más. Te dejo un caso práctico de un paciente ludópata.

Antonio es un hombre de 63 años, prejubilado desde los 57. Desde hace 5 años, dice tener un problema con el juego, más concretamente con las máquinas tragaperras. Dice que desde que le prejubilaron se pasa tanto las mañanas como las tardes en el bar, donde se relaciona con jugadores y donde él juega continuamente a las dos máquinas que allí hay. Se aqueja de ansiedad y tristeza, y de unas ganas enormes de jugar continuamente. Entre semana gasta unos 20 euros diarios, pero los fines de semana, especialmente los sábados, puede gastar incluso 100 euros. Francisco se da cuenta de que es un grave problema, puesto que sus gastos no le permiten a veces pagar facturas. Todo esto está provocando muchos problemas en el hogar, sobre todo con su mujer. Sus hijos no saben mucho del tema porque sus padres prefieren tapar el problema, pero su mujer parece muy angustiada. Francisco nos cuenta que desde que empezó a gastar tanto dinero en el juego, su mujer y él protagonizan interminables peleas. Él, en un principio, no aceptaba que fuera ningún problema y lo veía simplemente como un hobby, pero ella siempre le ha echado en cara que se gaste tantísimo dinero en eso, puesto que el dinero no les sobra y necesitan pagar facturas. Francisco ha reaccionado ahora porque la semana pasada, mientras realizaba la compra semanal con su mujer, fue a pagar con la tarjeta y en la misma no había suficiente para pagar. Dice que en ese momento “se le encendió una especie de luz” y se dio cuenta de que las cosas así no iban bien. Fue ahí cuando decidió pedir ayuda, y por eso está aquí. Entre otras cosas, y hablando del problema en sí, Francisco nos cuenta que, cuando la partida no sale bien, le da muchas vueltas para comprender qué ha pasado, revive en su memoria una y otra vez la forma de jugar. Dice que también ha notado que cada vez necesitaba jugar más dinero para sentir esa sensación de excitación y emoción. Muchas veces ha querido parar, irse a casa, interrumpir el juego, pero no ha sido capaz y se ponía muy nervioso. Además, como empezaba a tener problemas en casa a causa del juego, utilizaba el juego para olvidar esos problemas, entrando en un bucle del cuál le es imposible escapar. Francisco nos cuenta que su problema comenzó cuando, un día por aburrimiento, se puso a jugar y ganó 230 euros. A partir de ahí pensó que podría sacar ese premio más veces y comenzó a jugar continuamente.

Como ves, el ludópata suele estar preocupado por el juego, en el sentido de que planifica cuándo va a poder jugar y en qué condiciones, y revive situaciones positivas (haber ganado un día un premio de 50 euros, aunque en realidad se haya gastado 120). Como con las drogas químicas, cada vez necesita gastar más dinero para lograr el grado de excitación inicial que le provocaba jugar. Fracasa constantemente cuando intenta controlar el dinero que se gasta, o cuando intenta parar de jugar. Además, sólo de pensar que tiene que dejar de hacer lo que hace (son conscientes de que el juego les acarrea problemas económicos, sociales, laborales y más) se sienten muy irritados. Llegan a usar el juego como una especie de estrategia que les sirve a corto plazo para escapar de los problemas o para sentirse mejor, ya que suelen sentirse culpables, ansiosos y deprimidos. Si tienen algún problema cotidiano intentan sentirse mejor jugando, pero jugar les hace sentir bien al principio; después se sienten aún peor porque se les junta el problema cotidiano (que no han resuelto) y el hecho de haber perdido mucho dinero jugando (lo cual crea más problemas cotidianos y culpabilidad). Creen que si pierden dinero un día con una máquina, al día siguiente podrán recuperarlo volviendo a jugar, y nunca es así. Cuando el trastorno está muy instaurado mienten a sus familiares con respecto a qué han hecho con el dinero, o dónde han pasado la tarde. Pueden llegar a pedir dinero alegando un problema financiero normal, y en realidad se lo gastan en jugar, y puede que no devuelvan el dinero que se les ha prestado, rompiendo así muchas relaciones familiares y de amistad.

La Ludopatía es un problema realmente serio, y es necesario que el afectado busque ayude profesional cuanto antes. Al contrario de lo que se suele creer, el ludópata puede controlar durante un tiempo su problema, pero si no se trata correctamente, puede volver a caer una y otra vez, con todo lo que ello significa.

Si quieres saber más de la ludopatía, te recomiendo un curso completamente online que encontrarás en el siguiente link:

Desde aquí te ofrecemos la ayuda profesional necesaria para que tú o esa persona que conoces y que tiene este problema, superéis la Ludopatía. Con esfuerzo, se consigue, y el método psicológico para ello es muy eficaz.

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Estefanía Cárcel Esteban

Isabel Estévez Prieto

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