jueves, 9 de enero de 2014

Celos o celos patológicos

¿Quién no ha sentido celos alguna vez? Ese sentimiento natural, una especie de mezcla de rabia y temor por perder a la persona querida. No sólo se sienten celos dentro de la pareja; también podemos sentirlos porque creemos que nos están "apartando" de nuestros amigos, de nuestra familia o incluso de nuestro puesto de trabajo. Anteriormente ya te hablamos del tema de los celos en Celos de pareja, ¿nos ayudan en algo?, y hoy hemos querido contarte más cosas de esta desagradable emoción que a todos nos ha invadido en algún momento (o varios) de nuestra vida.


"Los celos son un sentimiento de malestar causado por la certeza, la sospecha o el temor de que la persona querida, a quien se desea en exclusiva, prefiera y vuelva el afecto hacia una tercera persona"

Echeburúa y Fernández-Montalvo


Si los celos los mantenemos bajo control pueden tratarse de una manifestación de amor hacia la otra persona, de afecto. De hecho, la etimología de la palabra "celo" se refiere a cuidado o interés por algo o alguien. Adaptativamente, como todos los estados emocionales, los celos tienen una función importante: preservar la estabilidad familiar. De ahí su carácter evolutivo y adaptativo en la vida de los seres humanos.

Hombres y mujeres manifestamos de forma diferente los celos, predominando el enfado en los hombres y la tristeza, la culpa y los autorreproches en las mujeres.





Pero, ¿dónde están las diferencias entre los celos adaptativos (o normales) y los celos patológicos? Para diferenciar la emoción adaptativa de la problemática podemos fijarnos en cuáles son las características de los celos patológicos. Atención.

Cuando hablamos de celos patológicos hablamos de un sentimiento que aparece sin provocación, es decir, sin una causa justificada. Además, provoca un dolor emocional muy intenso en forma de enfados, tristeza o agresividad hacia la pareja o hacia otras personas o cosas. Estos celos acaban interfiriendo gravemente en la vida de quien los sufre, a nivel de pareja, trabajo, familia o amigos. El celoso patológico comienza a controlar a su pareja y a comprobar si lo que le dice es cierto. En estos momentos nos encontramos con las revisiones de los móviles, del ordenador, las redes sociales, incluso se realizan llamadas a amigos de la pareja para comprobar que ésta está con ellos, como había dicho antes de salir. Cuando estas comprobaciones, objetivamente, no dan la sospecha de una posible traición, y la persona celosa continúa llevando a cabos estas conductas de control, podemos decir que los celos ya se han convertido en un problema realmente serio que puede provocar la ruptura de la relación. Los celos se mantienen en el tiempo independientemente de la conducta de la pareja.

Un ejemplo de conducta de una persona que sufre celos patológicos podría ser: ante el hecho de que la pareja llega tarde a casa, el  celoso/a tiene una respuesta cognitiva (de pensamiento) del tipo: "estará con...", "me va a dejar", "es un/a...", "se va a enterar", "no puedo vivir sin él/ella". Esos pensamientos provocan emociones negativas muy intensas como ira, ansiedad y tristeza profunda. Ante esta secuencia, aparece la conducta motora, la que se ve, lo que hace. En este caso, la conducta motora del celoso podría ser llamar a la pareja por teléfono, seguirla, registrar su ropa, su móvil, su bolso, interrogarla, buscar marcas de una posible infidelidad, o incluso ser más activo sexualmente con el objetivo de mantener cerca a la pareja, todo provocado por los pensamientos catastróficos que aparecen después de una conducta inocente por parte de la pareja (llegar tarde). Estas conductas de comprobación y de control provocan en el celoso un alivio a corto plazo porque se queda tranquilo, pero a largo plazo los celos cada vez son más fuertes y el problema se cronifica en el tiempo. Además, las conductas propias del celoso patológico hacen que la pareja haga lo que el celoso quiere para no enfadarle o para no hacerle sentir mal, con lo que el celoso ve reforzada su conducta, entrando en un bucle de destrucción personal.

Los celos patológicos tienen un tratamiento centrado en el cambio y la eliminación de los pensamientos negativos que provocan los celos y en eliminar las conductas de control y comprobación hacia la pareja. Si te sientes identificado con este problema, no dudes en pedir ayuda profesional.


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Estefanía Cárcel Esteban

Isabel Estévez Prieto

2 comentarios:

  1. Me ha gustado vuestro artículo.

    Es importante que sepamos diferenciar entre los celos normales y los patológicos puesto que los segundos pueden traer consecuencias negativas para uno mismo y para la relación de pareja.

    Hace unas semanas preparé un vídeo que precisamente hablaba de este tema y que quizás os pueda interesar para ampliar la información, os dejo a continuación el enlace: http://youtu.be/qkl4ptZtFHc

    Un saludo!

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    1. Un vídeo muy interesante Laura, la verdad es que complementa perfectamente nuestro artículo, muchas gracias!

      Un abrazo

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