viernes, 4 de julio de 2014

Colores

"Estaba muy triste porque se sentía muy cansado. Su trabajo no le gustaba y se sentía solo a pesar de estar rodeado de gente. Dormía poco y mal. Era como uno de esos televisores que cada día fallan un poco más. Primero las interferencias, después la pérdida de color de la imagen, el mando a distancia cuyos botones tienen que ser apretados más y más fuerte...

¡Quién te ha visto y quién te ve!, se decía mientras se miraba al espejo. Y lo peor de todo es que sentía que hacía mucho que no reía, que no carcajeaba o ni siquiera llegaba a emitir una sonrisa que no fuese forzada. Con esto, no se consideraba ni agradable, ni buena persona, ni guapo o atractivo. Solo su chica lo hacía sentirse bien: agradable, buena persona e incluso guapo y atractivo. Y poco a poco los días que estaba sin ella iban haciéndose más largos, ya que no podía verla todo lo que quería.

Fue así como le prometió matrimonio. Viviremos juntos y comeremos perdices, le dijo.

- Lo siento - respondió ella-. Ya sabes que ni puedo vivir ahora junto a ti ni mucho menos comer una de esas aves. Te recuerdo que soy vegetariana. Pero he de decirte una cosa. Tal vez te sientas gris en tu trabajo, incluso en tu casa... pero yo no te veo así. A veces las paredes de las casas pierden color y no por ello hay que tirarlas abajo. Basta con darles otra capa de pintura, no descuidarlas. Así que aprovecha para buscarle color a tu vida y observa que hay más que el gris. Yo te ayudaré a buscarlos, pero recuerda: tú eres el que pinta tu vida.

El hombre gris asintió y volvió a mirarse al espejo. Era el momento de empezar a afeitarse todos los días".

Gracias, Raúl
Paciente de miconsulta.es


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Estefanía Cárcel Esteban

Isabel Estévez Prieto


Wikipedia

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