lunes, 18 de febrero de 2013

"Es que no sé decir que no", y otras carencias de Asertividad

"Le voy a hacer el favor porque me sabe mal", "No le preguntaré nada, no vaya a ser que moleste a la dependienta", "Jamás tendría que haber cometido ese error", "Siempre antepongo los deseos de los demás a los míos porque ser egoísta es lo peor", "Me siento culpable si no hago lo que me han pedido".
¿Te suenan estas frases? Forman parte del repertorio de una persona que no es asertiva, pero, ¿qué es eso de la asertividad?
La asertividad es la capacidad que tenemos cada uno de nosotros de defender nuestros propios derechos, sin dejar que los demás nos manipulen y, por supuesto, sin manipular nosotros a los demás. La asertividad nos permite transmitir a los demás cuáles son nuestras creencias, nuestros deseos y nuestras formas de pensar con respecto a cualquier tema sin sentir incomodidad. Pero, ¿qué sucede con aquellas personas que no son capaces de defender sus derechos?
Las personas no asertivas aprendieron a serlo por diferentes motivos:

- Es muy típico que desde bien pequeños los adultos nos castiguen por tener comportamientos asertivos. Por ejemplo, el hecho de negarnos a llevar a cabo una orden se respondía con regañinas, desprecios y prohibiciones con respecto a la conducta asertiva. Llegamos a la edad adulta habiendo aprendido que "no podemos decir que no".
- No se suele reforzar ese tipo de conducta, con lo cual no le damos el valor positivo que ha de tener.
- Se suele recibir mucho más refuerzo (es decir, atenciones, alabanzas, etc.) si llevamos a cabo una conducta sumisa o, por el contrario, agresiva; por ejemplo, una persona sumisa que está siempre pidiendo ayuda y la recibe, aprende que su conducta pasiva es positiva. O la persona agresiva que con su carácter está acostumbrada a que se lo den todo, aprende que siendo agresiva consigue todo lo que quiere. La pasividad y la agresividad se encuentran en dos polos opuestos, estando en el centro la asertividad.

Pero, ¿cuáles son esos derechos asertivos que tanto nos cuesta defender a veces?
A lo largo de cientos de años se han ido formando lo que hoy en día llamamos "las normas sociales". Pero estas normas establecidas informalmente, si nos las tomamos de forma muy rígida e inflexible, pueden causar mucho daño a la gente, llegando a mermar su autoestima de forma importante. Cuando a una persona se le inculcan ideas como "si antepongo mis necesidades a las de los demás seré un egoísta", "ayuda siempre a los demás, no digas que no", "es vergonzoso que cometas errores", puede que entre en la dinámica de vivir para los demás, y no para sí mismo, con todas las consecuencias que esto puede traer. Con lo cual, es necesario que todos tengamos claro que tenemos una derechos que llamamos asertivos, y que es correcto defenderlos para mantener nuestra autoestima y para que los demás también nos valoren.

Estos derechos, entre otros, son:
- Tienes derecho a ser escuchado.
- Tienes derecho a que te tomen en serio.
- Tienes derecho a juzgar tú mismo tus necesidades, a establecer tus prioridades y a tomar tus propias decisiones.
- Tienes derecho a cambiar de ti lo que quieras y cuando quieras.
- Tienes derecho a cometer errores.
- Tienes derecho a que se te trate con dignidad y respeto.
- Tienes derecho a dar tu opinión y a expresar tus sentimientos.
- Tienes derecho a decir que "no" sin sentir culpa.
- Tienes derecho a pedir cosas, teniendo en cuenta que la persona a quién se las pides también tiene el derecho a decirte que no.
- Tienes derecho a pedir información.
- Tienes derecho a obtener aquello que has pagado.
- Tienes derecho a no depender de nadie.
- Tienes derecho a conseguir éxito.
- Tienes derecho a disfrutar.
- Tienes derecho a aislarte de los demás, si te apetece.

- Tienes derecho a superarte día a día.
- Tienes derecho a decidir qué haces con tu cuerpo, con tu tiempo, con las cosas que te interesan, mientras no hagas daño a los demás.
- Incluso tienes derecho a decidir no ser asertivo.


Ten siempre en cuenta que puedes negarte a hacer un favor, o puedes cometer los errores que tengas que cometer, y puedes exigir que te traten con respeto, porque tienes derecho a todo eso y más por el simple hecho de ser tú. Deja a un lado la culpabilidad y disfruta de ti mismo y de tu vida, respetándote a ti y a los demás.
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Estefanía Cárcel Esteban


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